Escolio transcrito por Volkening:
(14) Como el triunfo de cualquier virtud mutila a otras, todo “progreso” acarrea un regreso simétrico.
Comentario de Volkening
Desde tiempo atrás estoy seguro de una cosa: Dios debe tener su propio sistema de contabilidad, su peculiarísimo modo de establecer la cuenta de “pérdidas y ganancias”: No hay progreso que no se pague sacrificando algún valor, y ese valor es, las más veces, irrecuperable. ¿Quién me descubre la estatua de Boduognato? en la misma Rue Leopold de Amberes donde vivía Max Elskamp sin más compañía que la de su difícil criado? Y como de Elskamp estamos hablando: las magníficas instalaciones portuarias a orillas del Escalda acaso justifican la despiadada demolición de aquel barrio gótico con sus negros canales, sus lóbregas y fastuosas callejuelas, las flamenquísimas estatuillas de la Virgen en sus nichos, con su olor a pescado, almejas y alquitrán, sus pequeños burdeles, tabernas de marineros, tiendas de chucherías y hoteluchos de mala muerte que hacían las delicias de mi queridísimo poeta? Y qué dolor infernal ha debido sentir cuando se hizo polvo el Amberes de su infancia? ¿Quién pagó eso?
Escolio publicado pg. 22
Como el triunfo de cualquier virtud mutila a otras, todo “progreso” acarrea un regreso simétrico.